Tristes guerras, si no es amor la empresa.

Tristes, tristes.

Tristes armas si no son la palabra

Tristes, tristes...

Tristes hombres , si no mueren de amor

Tristes, tristes....

Miguel Hernández



miércoles, 5 de noviembre de 2008

Los pequeños camaradas


" yo estaba habituada al silencio,y al principio esa regla me molestó.Pero en seguida comprendí sus ventajas,ya no tendría que inquietarme por mí: una mirada, por cierto indulgente, pero más parcial que la mía , me devolvía de cada uno de mis movimientos una imagen que yo consideraba objetiva, esta vigilancia me defendía de los temores , las falsas esperanzas, los escrúpulos vanos ,las fantasmagorías, los pequeños delirios que se forman tan facilmente en la soledad .
Poco me importaba que esta ya no existiría para mí , por el contrario, estaba loca de alegría de haberle escapado. Sartre me resultaba tan transparente como yo misma . Que alegría!
Simone de Beauvoir

2 comentarios:

Unknown dijo...

Amiga querida:

"...Y la rosa,
¡qué rebaño de luces y alaridos
ata en el vivo azucar de su tronco!..."


Quería dejarte un pequeño "Federico" para abrazarte en silencio.

Besos (gracias)
REL

aapayés dijo...

Saludos rico el texto que compartís. me gustó mucho...

gracias

saludos fraternos