
Tristes guerras, si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas si no son la palabra
Tristes, tristes...
Tristes hombres , si no mueren de amor
Tristes, tristes....
Miguel Hernández
lunes, 11 de junio de 2012
Ana Gabriela Daumas
Ella hundía en un instante
sus ojos en almíbar
y cuando los alzaba almibarados
los muebles del mundo
se despegaban del suelo
entonces me decía:
"cuando veas que me quito este sombrero
querrá decir que te invito"
y yo anotaba en un cuaderno
sus instrucciones como un hijo
después le preguntaba:
"qué haré cuando te pongas a llorar
y yo no sepa por qué causa?"
entonces mi dueña respondía:
"no le preguntes nada a nadie
no vagues por el mundo
puedo explicártelo algún día"
pero yo que era un hombre derretido
le insistía:
"y qué haré cuando me dejes?"
Y ella impregnada de gatitos me decía:
"convierte en futuro mi tristeza verdadera
y tu falso dolor en alegría"

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