Tristes guerras, si no es amor la empresa.

Tristes, tristes.

Tristes armas si no son la palabra

Tristes, tristes...

Tristes hombres , si no mueren de amor

Tristes, tristes....

Miguel Hernández



viernes, 24 de abril de 2009

Vuelo azul...


Azul vuela en tu pájaro de Abril
Es mi alma una puerta que se abre hacia adentro y te busca.
Te busco iluminando la sombra de tu ausencia tan presente.
Busco el oasis escondido de tus besos.
Tus manos atropellando mi vientre.
Te regalo mi pie descalzo en la espuma
Un quijote que atrapa mariposas con su lanza
Mi libro de Cortazar
El horizonte más azul y más mañanas.
Me recuesto sobre tu recuerdo vivo, y sueño…
Cada latido acorta la distancia, estas cerca de todo, lejos de nada.

lunes, 20 de abril de 2009

Planeta tierra...




“La naturaleza está fuera de nosotros”

En sus Diez Mandamientos, Dios olvidó mencionar a la naturaleza. Entre las órdenes que nos envió desde el monte Sinaí, el Señor hubiera podido agregar, pongamos por caso:

“Honrarás a la naturaleza de la que formas parte”.

Pero no se le ocurrió. Hace cinco siglos, cuando América fue apresada por el mercado mundial, la civilización invasora confundió a la ecología con la idolatría. La comunión con la naturaleza era pecado, y merecía castigo. Según las crónicas de la conquista, los indios nómadas que usaban cortezas para vestirse jamás desollaban el tronco entero, para no aniquilar el árbol, y los indios sedentarios plantaban cultivos diversos y con períodos de descanso, para no cansar la tierra. La civilización que venía a imponer los devastadores monocultivos de exportación, no podía entender a las culturas integradas a la naturaleza, y las confundió con la vocación demoníaca o la ignorancia.

Y así siguió siendo. Los indios de Yucatán y los que después se alzaron con Emiliano Zapata, perdieron sus guerras por atender las siembras y las cosechas del maíz. Llamados por la tierra, los soldados se desmovilizaban en los momentos decisivos del combate. Para la cultura dominante, que es militar, así los indios probaban su cobardía o su estupidez.

Para la civilización que dice ser occidental y cristiana, la naturaleza era una bestia feroz que habla que domar y castigar para que funcionara como una máquina, puesta a nuestro servicio desde siempre y para siempre. La naturaleza, que era eterna, nos debía esclavitud.

Muy recientemente nos hemos enterado de que la naturaleza se cansa, como nosotros, sus hijos; y hemos sabido que, como nosotros, puede morir asesinada. Ya no se habla de someter a la naturaleza: ahora hasta sus verdugos dicen que hay que protegerla. Pero en uno u otro caso, naturaleza sometida o naturaleza protegida, ella está fuera de nosotros. La civilización que confunde a los relojes con el tiempo, al crecimiento con el desarrollo y a lo grandote con la grandeza, también confunde a la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.

Eduardo Galeano

lunes, 13 de abril de 2009

" París "


Me desperté sin saber quien era.
Llevaba una remera que sin duda te pertenecía.
Me dijiste que me había perdido, y me encontraste en la calle del” hoy “quemando pasados y soledades.
Me diste una identidad de besos, un pasaporte de caricias y mi ADN color azul, con perfume a mar.
Me contaste que partí un día detrás del rojo beso del crepúsculo buscando una respuesta
Que bailo de noche desnuda en tu cama, se leer tus silencios, y escribo sin palabras. Sujeto mi pelo con una diadema de jazmines que me regalaste, pinto paisajes cuando duermo y vuelo aferrada a tu cuerpo.
Soy generosa en besos, guardo secretos en un caracol marino, amo las tormentas de gemidos y los relámpagos de abrazos.
Te miro…y recuerdo, puedo verme, sentirme en el tren de tu mirada.
Y te digo:


Amo perderme…. siempre sabes encontrarme…

Y partimos aun nos falta recorrer París….

miércoles, 1 de abril de 2009

Decreto de amor


Empieza el frió a recorrer la casa . Juega conmigo .
Busco ese abrigo que tanto te gustaba y me abandono en sueños que decretan esperanzas .
Ulises nunca partió.
El milagro del pan y los peces se repite a diario en el mercado.
No habrá quien te niegue , no cargaremos la cruz de quien nos ha traicionado.
Un faro de poetas guiara a los peregrinos .
Repetiré el milagro de la luna en mi vientre .
Sísifo llega a la cima y tu duermes conmigo .